Limpio luego no existo – auf Probe

Limpio luego no existo – auf Probe

Spanische Version: 

Limpio, luego no existo – A prueba.

Después de haber estado trabajando mas de cuantro años en la empresa GIES, Ximena, nuestra compañera, fue despedida sin mas motivo de su empleo en la Goethe-Universität Frankfurt am Main. La presidenta de susodicha empresa considera el despido legítimo. Ximena se hallaba en el tiempo de prueba, por lo que el despido no necesita justificación alguna.

Pero las circunstancias son más que cuestionables.

Ximena fue vilipendiada por su primera superior. El intento de aclarar esta situación no llevo a nada. Sus jefes no la ayudaron, y el intento de cambiar la situación solo llevo a que las vejaciones de su primera superior aumentasen hasta finalmente derribar en el despido.

A esto Ximena dice: En definitiva, no hay como quejarse, porque si no te echan a la calle. Para Mi Como empleada no esta bien. Te quitan tus derechos de quejarte como persona”

Ante el juzgado hay que probar ahora que el nuevo tiempo de prueba de 6 meses y con ello también el despido de Ximena fueron improcedentes. Ximena quiera volver a su puesto de trabajo. Hasta el verano del año 2020 estuvo trabajando para la empresa Götz en la Universidad, entonces hubo un cambio de subcontratas: por Götz vino Gies. Debido a estas rotaciones periódicas de subcontratas, las nuevas empresas se ven en la posición de poder dictaminar siempre nuevas condiciones laborales a su favor. De este modo trabajadorxs con años de experiencia se ven expuestas nuevamente a periodos largos de prueba, a los que le siguen años de contratos temporales.

En el juicio hay que probar que en el cambio de subcontratas se trata solo de un llamado “Betriebsübergang”, un traspaso de empresa. Es decir que, aunque hubo un cambio en la gerencia, no se produjeron mas cambios substanciales en el trabajo. La Universidad Johann Wolfgang Goethe podría proporcionar algunas de las evidencias que pudiesen probar esto. Pero tanto el senado como el canciller de la universidad han decidido callar.

¿Pero por qué?

Tanto para el senado como para el canciller de la universidad hubiese sido ciertamente sencillo poner a disposición los contratos con Götz y Gies. Como cliente de Gies la universidad tiene unas responsabilidades.

Que no haya querido asumir estas responsabilidades demuestra la indiferencia de esta hacia lxs trabajadorxs, que se ocupan de mantener limpios la universidad.

¿A quién le ha dado este contrato la universidad?

A una empresa que le exige a sus empleadxs limpiar 35 oficinas y 8 baños en tres horas.

A una empresa que no le ofrece a sus empleadxs und protección adecuado durante la pandemia. Aunque esta empresa repartiese guantes, estos son de tan mala calidad, que después de un breve uso se rompen. Lxs empleadxs son obligadas a comprar sus propias mascarillas. Casi siempre compran también sus propios guantes.

A una empresa que infunde un atmosfera laboral toxica, en la cual vejaciones, acoso y amenazas estas al orden del día.

A una empresa, que despide a sus empleadxs cuando estxs se quejan.

A una empresa, que enlaza contratos temporales para no dar a sus empleadxs tranquilidad y seguridad

Estos solo son algunos de los puntos que demuestra la irresponsabilidad de la empresa GIES.

Este es un peligro siempre acechante en la subcontratación. En resumen:

Se necesita un cambio de mentalidad en la universidad. Y seguidamente un cambio real: la universidad tiene que volver a contratar ella misma sus empleadxs de la limpieza. Solo de esta forma se puede garantizar, que estxs se puedan quejar, cuando algo vaya mal.

Deutsche Version:

Ximena wurde nach mehr als vier Jahren Anstellung an der Johann Wolfgang Goethe-Universität ohne Angabe von Gründen gekündigt. Die Vorsitzenden der Firma GIES, bei der Ximena angestellt war, sehen sich im Recht. Ximena sei in der Probezeit gewesen, und deshalb sei keine Begründung des Rauswurfs nötig. Die Umstände sind aber mehr als fragwürdig.

Ximena war von einer Vorarbeiterin schikaniert worden und hatte versucht, die Situation aufzuklären. Sie fand kein Gehör bei den Chef*innen der Vorarbeiterin, und obwohl sie versuchte, die schwierige Situation zu verändern, wurde sie weiter von der Vorarbeiterin schikaniert und bald darauf entlassen. Ximena sagt dazu: „Bei GIES zählt nicht es wie man sich fühlt, nachdem man gedemütigt und schikaniert wurde. Das einzige was die die Chefs dir “als Lösung” geben, wenn du es wagst dich zu beschweren, ist die Entlassung.” “Kurz gesagt, es gibt keine Möglichkeit, sich zu beschweren, weil sie dich sonst rauswerfen. “

Vor Gericht gilt es nun zu beweisen, dass die erneute Probezeit und somit auch die unbegründete Entlassung von Ximena nicht rechtens waren. Ximena will zurück an ihren Arbeitsort. Bis zum Sommer 2020 hat sie noch für das Reinigungsunternehmen Götz gearbeitet, dann kam der Firmenwechsel: Für Götz kam Gies. Durch die turnusmäßige Neuausschreibungen für externe Dienstleister, können die neue Unternehmen an der Universität immer wieder ihre Vertragsbedingungen neue diktieren. Eingearbeitete, langjährige Arbeiter*innen fallen hierdurch immer wieder in lange Probezeiten und befristeten Kettenverträge. So auch Ximena und ihre Kolleg*innen.

Es muss nun der Beweis erbracht werden, dass es sich bei der Beauftragung von GIES um einen Betriebsübergang handelt. Also, dass zwar die Leitung des Dienstleisters gewechselt hat, aber im Groben alles beim Alten geblieben ist. Einige dieser Beweise kann die Johann Wolfgang-Goethe-Universität zur Verfügung stellen. Doch Senat und Kanzler haben beschlossen zu schweigen. Warum eigentlich?

Es wäre einfach für sie, die gewünschten Verträge und Dokumente mit GIES und GÖTZ zum Vergleich dem Gericht zu überlassen. Als Kunde von GIES hat die Universität Verantwortung. Dass sie ihr nicht nachkommt, zeigt, wie indifferent sie gegenüber den Arbeiter*innen ist, die dafür sorgen, all die Räume der Universität sauber zu halten.

An wen hat die Uni diesen Vertrag gegeben? An eine Firma, die von jeder Ihrer Arbeiterinnen an diesem Standort abverlangt 35 Büros und 8 Toiletten in 3 Stunden zu putzen. An eine Firma, die Ihren Arbeiter*innen in Coronazeiten keine angemessenes Hygieneschutz bereiststellt. Zwar verteilte sie Handschuhe – aber selbst die sind von schlechter Qualität – zerreißen nach kurzen Gebrauch. Die Reinigungskräfte werden verpflichtet Ihre eigenen frischen Masken zu kaufen und zu bezahlen. Meist kaufen Sie auch ihre reissfesten Handschuhe selbst. An eine Firma, die toxisches Arbeitsklima schafft in dem Schikane, Mobbing und Drohung zum Alltag gehören. An eine Firma, die Ihre Angestellten entlässt, wenn Sie sich darüber beschweren. An eine Firma, die Ihren Angestellten eine Probezeit nach der anderen zumutetet und Ihnen damit keine Ruhe oder Sicherheit erlaubt. Das sind nur einige der Punkte, die zeigen, wie unverantwortlich die Firma GIES sich verhält.

Diese Gefahr besteht immer bei Auslagerung. Kurzum: Es braucht ein Umdenken bei der Universität. Und dann auch Handeln: Die Universität muss Die Reinigungskräfte wieder selbst einstellen. Nur so kann die es Sicherheit für die Reinigungspersonal geben, sich auch beschweren zu können, wenn etwas schiefläuft.